Los moluscos contagiosos son una infección vírica originada por el virus poxvirus que causa picor y pápulas en la piel. “Es una de las enfermedades más comunes en los niños, sobre todo, en aquellos con dermatitis atópica porque la barrera cutánea está más debilitada”, explica Maria Rodríguez, dermatóloga del Hospital QuirónSalud de Tenerife. En su experiencia, esta patología aumenta en verano porque el contagio se produce por el contacto piel con piel y, en estos meses, hay mayor exposición.

“Otros factores de riesgo son la humedad y el calor”, puntualiza Rodríguez. La prevalencia de los moluscos contagiosos se incrementa entre los menores de 5 años y disminuye a partir de los 12, lo que dificultad controlar el contacto con otros niños o el rascado que contribuye a extender la infección.

Tipos de tratamientos contra los moluscos contagiosos 

Un problema a la hora de tratar esta enfermedad es que existen recaídas y algunas terapias puede ser dolorosas, todo ello, con gran impacto para los más pequeños. “La infección tiene un curso autolimitado, aunque puede observarse una recidiva hasta en el 35 por ciento de los pacientes tras el aclaramiento total de las lesiones”, subraya Rodríguez.

¿Cuál es el tratamiento más eficaz? “Es difícil predecirlo, depende de varios factores como la edad, la extensión de las lesiones, la coexistencia de dermatitis atópicas y otras patologías y las habilidades del médico”, indica Isabel Betlloch Mas, miembro del Grupo de Dermatología Pediátrica de la Academia Española de Dermatología y Venereología (AEDV).

Cremas tópicas 

Hay soluciones tópicas con hidróxido potásico que destruyen los moluscos de forma química y se pueden encontrar en las farmacias con concentraciones del 5 p o 10 por ciento, tal y como comenta  Betlloch. “Ambas soluciones se aplican de forma similar, mediante toques con un pincel durante varios días consecutivos -entre dos y diez días- hasta que la lesión se inflama. Al cabo de dos o seis semanas, las lesiones desaparecen y, si alguna no responde, hay que repetir el proceso”, explica. También se comercializa otro preparado con hidróxido potásico al 1 por ciento en forma liposomada que se vaporiza sobre la piel con un espray junto con un sérum que se extiende con un bastoncillo para evitar la diseminación.

Además del hidróxido potásico, Betlloch dice que hay otras formulaciones tópicas que producen una respuesta inflamatoria local como la cantaridina, que es un agente vesicante, o el ácido salicílico, que es irritante. Todas estas opciones permiten que la terapia se lleve a cabo por parte de los propios padres en casa.

Curetajes

Se trata de un procedimiento quirúrgico que consiste en arrancar el molusco contagioso mediante una cucharilla dermatológica o una cureta, que es un instrumento con un borde un poco cortante. “En niños pequeños y con muchas lesiones conveniente aplicar previamente una crema anestésica tópica para minimizar las molestias y facilitar el tratamiento, ya que, si el menor percibe dolor, difícilmente va a colaborar y dificulta concluir con la terapia”, advierte Betlloch.

¿Se puede recurrir a los curetajes en pacientes con recaídas? Según ambas dermatólogas, se trata de una técnica a la que se puede recurrir cuando las cremas tópicas no funcionan, aunque siempre hay que valorar si el menor tiene dermatitis atópica, ya que se deberán tratar los eccemas y el prurito.

“Asimismo, hay médicos que optan por no tratar el molusco contagioso por su tendencia natural a desaparecer con el tiempo, sin embargo, con esta decisión haya que asumir el riesgo de que se diseminen y contagien a otros niños”, matiza Betlloch.

Crioterapia

Consiste en la destrucción de las lesiones mediante su congelación y posterior necrosis, lo que finalmente hace que los moluscos se desprendan de la piel. “No suele utilizarse en lesiones múltiples ya que puede dejar una pigmentación residual y también es una técnica dolorosa”, aclara.

Terapia fotodinámica

Según Betlloch, en este tratamiento se usa una crema fotosensibilizante y, posteriormente, se aplica una fuente de luz roja. “Recientemente, se ha utilizado para tratar esta enfermedad basándose en la destrucción de las células que contienen el virus. Da buenos resultados cosméticos, pero es dolorosa y no es habitual”, reconoce.

Inmunoterapia y otros tratamientos

A veces  se prescriben medicamentos como el imiquimod o el cidofovir que modifican la respuesta inmunitaria del organismo y actúan contra el virus responsable de la infección. Según Betlloch, también se utilizan tratamientos inmunomoduladores orales con principios activos como el glicofosfopeptical o la cimetidina así como el láser decolorante pulsado.

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